La cistitis idiopática consiste en la inflamación de la pared vesical que, en muchas ocasiones, se extiende a la pared de la uretra. Es un proceso aséptico, no existe infección, se trata de una inflamación.
Como toda patología que lleva el término idiopática, esta clase de cistitis felina, bastante común en gatos domésticos, es difícil de diagnosticar porque no existe unas patologías claras y el diagnóstico debe ser por exclusión.
Uno de los factores que llevan a la aparición de la cistitis idiopática felina es el estrés, como desencadenante, pero no la causa de aparición. Este estrés puede estar motivado por cambios significativos en su rutina habitual (nacimientos, defunciones...). También suele ser bastante común en gatos sin acceso al exterior, con inactividad, ausencia de juego...
¿Cómo diagnosticar la cistitis idiopática en los gatos?
Si notas pequeñas manchas de sangre, si se lame en exceso y le notas molesto o especialmente pasivo, tu gato puede sufrir de cistitis idiopática.
El veterinario deberá diagnosticar la patología mediante la exclusión, es decir, descartando otras enfermedades.
Para diagnosticar la cistitis idiopática, el veterinario realizará un análisis de orina y un cultivo si fuera preciso, recetará un medicamento específico, por vía oral o por inyectable.
¿Qué pueden hacer los dueños para evitar que se repita?
El veterinario te recomendará una dieta veterinaria específica, con pienso para cuidados renales. El animal deberá tener varios puntos de agua fresca y limpia.
Terapia de juego
Todos los gatos necesitan jugar, es una forma de aliviar el estrés, de motivar y de hacer ejercicio para evitar su sobrepeso, sobre todo en casos de gatos castrados.
Mejora el entorno
Es muy importante que el arenero se mantenga limpio, que el entorno tenga zonas de juego, un rascador, la posibilidad de ver la calle...