Tras muchos años pasando consulta, este artículo me parece de absoluta necesidad.
Aunque para muchos pudiera parecer innecesario, tanto dueños con años de experiencia como primerizos pueden caer en estos errores y las consecuencias pueden llegar a ser mortales para nuestras mascotas.
Mil veces hemos escuchado la frase: ¨toda la vida se ha hecho así y no pasa nada…¨ o la aún más típica: ¨antes los perros no tenían tantos problemas, eso son tonterías de ahora¨.
Estos comentarios en el parque o en el rellano del portal son un continuo.
Muchas veces, por más que los veterinarios razonemos el porqué no se deben hacer determinadas cosas, prevalecen el uso y costumbre y seguimos enfrentándonos a desastres fácilmente evitables.
Para los que sí quieren saber lo que NO DEBE HACERSE, dejo aquí los fallos más comunes y fácilmente evitables.
Dejarlo en el cocheLlega el calor y querer hacer excursiones con nuestro perro se convierte en una idea muy atractiva. El problema llega cuando queremos parar a comprar algo un momento o a tomarnos un café.
Por más que dejemos el coche a la sombra, lo que para nosotros es un poco de calor, para nuestro fiel amigo es un arma mortal.
Lo que la gente ignora es que los perros no sudan. No son capaces de bajar su temperatura corporal mediante la sudoración, y solo pueden jadear para liberar su calor interno.
Al estar en un habitáculo cerrado, la ansiedad y el calor les hace subir su temperatura, ya de por sí en 39 grados, a valores muy peligrosos de 40 y 41 grados, siendo muy fácil que sufran un golpe de calor.
El dejar al perro en el coche cerrado debemos grabarlo en nuestro cerebro como prohibido. Ni para un momentito, ni con las ventanillas bajadas ni a la sombra. En menos de 5 minutos, nuestro mejor amigo puede entrar en estado de shock.
Si en algún momento nos vemos con esta situación ya establecida, debemos refrescarle mojándole, poniéndole frio en axilas e inglés y acercarnos inmediatamente a un hospital veterinario.
Darle huesosLas barbacoas son ya un continuo. Esas reuniones alrededor de la piscina o en el campo con los amigos, es uno de los planes más apetecibles para disfrutar de la época estival.
Por más que la gente diga que los perros comen huesos de toda la vida y no les pasa nada, no creo que haya ni un solo veterinario clínico que no se haya visto ante la urgencia de tener que intervenir a un perro con un hueso atascado en algún punto del tubo digestivo.
Ya sea atravesado en el esófago o clavado en el intestino, todos los huesos son susceptibles de provocar daños muy graves y según el caso, mortales.
Ni los de vaca ni los de pollo. Ni crudos ni cocinados. Todos son todos. Ojalá llegue el día en el que el ser humano comprenda que el hecho de que algo se haya hecho toda la vida o que al perro le guste y disfrute comiéndolos, no significa que no sean peligrosos.
Por desgracia, la manera que tienen estos propietarios de entenderlo es cuando a su inocente compañero le ocurre una desgracia.
Medicinas humanasHoy en día, el tener internet al alcance de un clic en el móvil, nos hace creernos poseedores de toda la sabiduría. Lo usamos para resolver dudas de historia, de geografía, de política… el problema es cuando lo usamos para nuestras dudas sobre medicina.
Desde hace años, médicos y farmacéuticos sufren esta realidad. Gente que se autodiagnostica por Google y decida medicarse según un blog y preguntándole la opinión a la vecina.
Poco a poco esta tendencia ha llegado a veterinaria, con el agravante de que en nuestra especialidad tratamos animales de diferentes especies y tamaños.
Es peligrosísimo medicar a nuestra mascota siguiendo los pasos de internet. La temperatura de un perro es mucho mayor que la de humanos, no se mide en la nariz ni en las orejas, y el paracetamol y el ibuprofeno son tóxicos para nuestras mascotas.
Así mismo, perros y gatos metabolizan de forma diferente las mismas medicinas.
Nunca se deben dar tratamientos humanos a los perros sin preguntar a un veterinario la dosis para nuestro animal.
Otra complicación suele ser darle un antiinflamatorio de perros a nuestra mascota ¨porque me lo recetaron en otra ocasión" y al llevarlo a la clínica porque no mejora, decirnos el veterinario que no era ese fármaco el que necesita ahora y que, al habérselo dado, no se puede usar el que realmente necesita, ya que son incompatibles….
La medicina, tanto humana como animal es una profesión muy compleja y que requiere años de preparación y dedicación, así como estudio constante. No juguemos a los médicos con Dr. Google, nos puede salir muy caro.